Hace
unos meses, creo recordar que fue el Domingo de Pasión, Jesús quedó para comer
con unos amigos y colaboradores del blog. Después del pregón de Semana Santa
nos dirigimos a la venta Vargas en San Fernando para almorzar. La comida fue
maravillosa y como es habitual en estas ocasiones los hombres se conocían de
maravilla pero las mujeres no nos conocíamos de nada pero enseguida entablamos
conversación y amistad.
No
fue difícil para nosotras entablar conversación. Para estos casos siempre hay temas estándar
que al poco tiempo ya tienes una conversación sin problemas. Para los hombres
son los deportes y especialmente el fútbol y para las mujeres son los niños y
las comidas. En mis circunstancias personales ninguno de los dos temas son para
mi tema de conversación, el primero por que no tengo hijos y el segundo porque
cocinar lo que se dice cocinar no me gusta. Me voy a explicar mejor, no me
importa cocinar, pero estar metida en la cocina durante horas para que después
en media hora se haya terminado de comer me da mucho coraje. Por lo que hago
comida que este en relación de tiempo que se tarda en hacer y la duración
que se tarda en comer. Si queremos comer
algo mas elaborado comemos fuera.
En
esta ocasión el tema de los hijos no se
tocó porque ninguna teníamos hijos pero salio el tema de la comida, que como
haces tu esto, que si con la harina de garbanzo sale mas fina la tortilla de
camarones, que si el pescado con el vino tal, sale mas esponjoso. Yo en mi táctica,
digo cuatro cosas de haberlas escuchado en otras comidas y quedo como una
autentica chef y ahora que estoy viendo “mastercher” soy una experta en decir técnicas
y consejo. Pero en plena conversación me doy cuenta que una de las mujeres esta
callada no participa en la conversación y le pregunto ¿tu como haces las
tortillas de camarones? Me mira y me dice un poco cortada como si fuera un
defecto; “yo no sé hacerlas, llevo solo cinco meses casada y no soy de San
Fernando sino de Madrid. Y por allí no se hace las tortillas de camarones”. Mi
respuesta creo que le dejo más perpleja: no te preocupes yo llevo cinco años
casada y no sé hacer las tortillas de camarones, yo las compró congeladas. Y continuación
estuvimos hablando de su reciente boda que creo que era un tema más divertido.
Me
contó su historia y me pareció impresionante. Ella era de Madrid pero sus
padres se vinieron al Puerto de santa Maria a vivir cuando ella tendría unos 15
o 16 años. Y la verdad no se como conoció al que hoy es su marido.
Empezaron a salir y decidieron casarse
pero ella no estaba bautizada. Y a través de su novio se produce una conversión.
Es impresionante cuando me cuenta el día en que ella y su novio van para hablar con el cura de
la parroquia que le corresponde a ella y le dice que se quieren casar y el
sacerdote le dice que no hay ningún problema que traigan los papeles y se
empieza el proceso, pero el novio le especifica: “no padre, no es tan fácil,
ella no esta bautizada”. Y el cura le pregunta, tu cree en Dios y ella responde
con naturalidad que si, que ella cree en Dios y
además era cristiana. Y me imagino que
el cura sonrió por dentro, miraría al novio que si que era creyente y estaba
bastante preocupado por la situación de su novia, y pensaría no hay problema
Dios ha buscado a esta hija suya y la encontrado a través de su novio. Y
efectivamente empieza un proceso de conversión que duró mucho tiempo hasta que
se bautizo e hizo la primera comunión.
Como
podéis imaginar el tema era mucho más interesante que la tortilla de Camarones.
La
conclusión que yo saqué de esta historia, que la he contado mal es, la
siguiente: Dios intenta buscar a sus hijos por todos los medios, no los
abandona y a su vez nosotros los hombres tenemos la necesidad de buscar a
nuestro Padre Dios. ¿ Por que os cuento todo esto? Porque esta relacionado con
el libro que os quiero recomendar. Su titulo es “Sinué el Egicio”. Escrito por Mika Waltari en 1945. Es una
novela histórica que se ha convertido en un clásico. Es un libro que es más
bien gordo pero para nada se hace pesado. Desde su comienzo el protagonista te
mete en la historia. Ya que es el mismo protagonista el que te cuenta su
historia desde el destierro.
Sinué
era hijo de un medico, bueno y generoso que no reparó en darle la mejor
educación a su hijo llegando a convertirse este en el medico del faraón.
Estando en la plenitud de su carrera y de su vida conoció a una mujer y …
Ya
no cuento más para que leáis la novela. Si os puedo decir que el estudio
histórico realizado del Antiguo Egipto es impresionante.
Y
os preguntareis: ¿Y que tienen que ver todo esto con la introducción que nos ha
hecho de tu amiga? Es muy sencillo, Sinué fue medico del faraón Akenaton el único
faraón que cambia toda la religión de su país para convertirla en una religión
que adorase a un solo dios Aton el dios sol. ¿No será que Dios le estaba
poniendo la oportunidad al pueblo Egipcio Para que le buscaran y le encontraran?.
Ustedes me diréis pero para eso ya estaba el pueblo judío, si pero los judíos
eran los esclavos y un pueblo como el egipcio no va a tomar lecciones de un
pueblo esclavo. Otras teorías de los historiadores es que los Sumos Sacerdotes
del dios Amon tenían demasiado poder y riquezas incluso a veces mas que el
propio faraón y de esta manera sutil. Akenaton terminaba con los poderes de los
sumos sacerdotes del dios Amon .
Yo personalmente no niego esta teoría
pero también Dios se puede basar en esta
situación política-económica para demostrar que solo hay un Dios y que Akenaton
lo buscaba al igual que mi amiga que sin estar bautizada dijo que ella creía en
Dios y a de mas era cristiana. Porque ella necesitaba creer en Dios.
Espero
que disfrutéis del libro
Hetepheres
Benítez Collantes
No hay comentarios:
Publicar un comentario