miércoles, 3 de julio de 2013

Desde la Chimenea: Mes de Julio.


Hace unos meses, creo recordar que fue el Domingo de Pasión, Jesús quedó para comer con unos amigos y colaboradores del blog. Después del pregón de Semana Santa nos dirigimos a la venta Vargas en San Fernando para almorzar. La comida fue maravillosa y como es habitual en estas ocasiones los hombres se conocían de maravilla pero las mujeres no nos conocíamos de nada pero enseguida entablamos conversación y amistad.

No fue difícil para nosotras entablar conversación.  Para estos casos siempre hay temas estándar que al poco tiempo ya tienes una conversación sin problemas. Para los hombres son los deportes y especialmente el fútbol y para las mujeres son los niños y las comidas. En mis circunstancias personales ninguno de los dos temas son para mi tema de conversación, el primero por que no tengo hijos y el segundo porque cocinar lo que se dice cocinar no me gusta. Me voy a explicar mejor, no me importa cocinar, pero estar metida en la cocina durante horas para que después en media hora se haya terminado de comer me da mucho coraje. Por lo que hago comida que este en relación de tiempo que se tarda en hacer  y la  duración  que se tarda en comer. Si queremos comer algo mas elaborado comemos fuera.

En esta ocasión  el tema de los hijos no se tocó porque ninguna teníamos hijos pero salio el tema de la comida, que como haces tu esto, que si con la harina de garbanzo sale mas fina la tortilla de camarones, que si el pescado con el vino tal, sale mas esponjoso. Yo en mi táctica, digo cuatro cosas de haberlas escuchado en otras comidas y quedo como una autentica chef y ahora que estoy viendo “mastercher” soy una experta en decir técnicas y consejo. Pero en plena conversación me doy cuenta que una de las mujeres esta callada no participa en la conversación y le pregunto ¿tu como haces las tortillas de camarones? Me mira y me dice un poco cortada como si fuera un defecto; “yo no sé hacerlas, llevo solo cinco meses casada y no soy de San Fernando sino de Madrid. Y por allí no se hace las tortillas de camarones”. Mi respuesta creo que le dejo más perpleja: no te preocupes yo llevo cinco años casada y no sé hacer las tortillas de camarones, yo las compró congeladas. Y continuación estuvimos hablando de su reciente boda que creo que era un tema más divertido.

Me contó su historia y me pareció impresionante. Ella era de Madrid pero sus padres se vinieron al Puerto de santa Maria a vivir cuando ella tendría unos 15 o 16 años. Y la verdad no se como conoció al que hoy es su marido. Empezaron  a salir y decidieron casarse pero ella no estaba bautizada. Y a través de su novio se produce una conversión. Es impresionante cuando me cuenta el día en que  ella y su novio van para hablar con el cura de la parroquia que le corresponde a ella y le dice que se quieren casar y el sacerdote le dice que no hay ningún problema que traigan los papeles y se empieza el proceso, pero el novio le especifica: “no padre, no es tan fácil, ella no esta bautizada”. Y el cura le pregunta, tu cree en Dios y ella responde  con  naturalidad que si, que ella cree en Dios y además era  cristiana. Y me imagino que el cura sonrió por dentro, miraría al novio que si que era creyente y estaba bastante preocupado por la situación de su novia, y pensaría no hay problema Dios ha buscado a esta hija suya y la encontrado a través de su novio. Y efectivamente empieza un proceso de conversión que duró mucho tiempo hasta que se bautizo e hizo la primera comunión.

Como podéis imaginar el tema era mucho más interesante que la tortilla de Camarones.

La conclusión que yo saqué de esta historia, que la he contado mal es, la siguiente: Dios intenta buscar a sus hijos por todos los medios, no los abandona y a su vez nosotros los hombres tenemos la necesidad de buscar a nuestro Padre Dios. ¿ Por que os cuento todo esto? Porque esta relacionado con el libro que os quiero recomendar. Su titulo es “Sinué el Egicio”.  Escrito por Mika Waltari en 1945. Es una novela histórica que se ha convertido en un clásico. Es un libro que es más bien gordo pero para nada se hace pesado. Desde su comienzo el protagonista te mete en la historia. Ya que es el mismo protagonista el que te cuenta su historia desde el destierro.

Sinué era hijo de un medico, bueno y generoso que no reparó en darle la mejor educación a su hijo llegando a convertirse este en el medico del faraón. Estando en la plenitud de su carrera y de su vida conoció a una mujer y …

Ya no cuento más para que leáis la novela. Si os puedo decir que el estudio histórico realizado del Antiguo Egipto es impresionante.

Y os preguntareis: ¿Y que tienen que ver todo esto con la introducción que nos ha hecho de tu amiga? Es muy sencillo, Sinué fue medico del faraón Akenaton el único faraón que cambia toda la religión de su país para convertirla en una religión que adorase a un solo dios Aton el dios sol. ¿No será que Dios le estaba poniendo la oportunidad al pueblo Egipcio Para que le buscaran y le encontraran?. Ustedes me diréis pero para eso ya estaba el pueblo judío, si pero los judíos eran los esclavos y un pueblo como el egipcio no va a tomar lecciones de un pueblo esclavo. Otras teorías de los historiadores es que los Sumos Sacerdotes del dios Amon tenían demasiado poder y riquezas incluso a veces mas que el propio faraón y de esta manera sutil. Akenaton terminaba con los poderes de los sumos sacerdotes del dios Amon .

Yo personalmente no niego esta teoría pero también  Dios se puede basar en esta situación política-económica para demostrar que solo hay un Dios y que Akenaton lo buscaba al igual que mi amiga que sin estar bautizada dijo que ella creía en Dios y a de mas era cristiana. Porque ella necesitaba creer en Dios.

Espero que disfrutéis del libro

Hetepheres Benítez Collantes 


            

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